El siguiente vínculo conduce al ensayo "La piedad y el poder", de Lina Moreno de Uribe, basado en la tragedia griega "Antígona":
---------------------------------------------------------- Si la épica es el género de los tiempos históricos de los tiranos, de las primeras civilizaciones y las primeras Olimpíadas (776 a.C.), el teatro, y en especial la tragedia, pertenecen a la llamada época clásica, aquella que transcurre en Atenas entre comienzos del V y finales del IV a.C. Es el momento de las "Guerras Médicas", las que enfrentaron a los persas y los griegos en las batallas de las Termópilas, Maratón (490 a.C.) o Salamina, tras las cuales surgirá el gran esplendor de la democracia de Pericles y, posteriormente, el derrumbe ateniense de la "Guerra de Peloponeso" bajo las espadas espartanas.
La tragedia tiene origen ático, ateniense, como una forma evolucionada de antiguas canciones corales que se recitaban en las celebraciones en honor al dios Dionisos en el transcurso de unas pocas fechas al año, auspiciadas por cada ciudad (“polis”). Se tenía la costumbre de incluir las tragedias en certámenes teatrales, en las que tres autores presentaban otras tantas obras (una tradicional fórmula conocida como "trilogía") ante un jurado que concedía premios al mejor autor (una corona de hiedra) y, en ocasiones, almejor protagonista.
La tragedia pone en escena grandes problemas humanos -el destino, la muerte, la angustia, la libertad, el poder de los dioses-, aparentemente ajenos a la vida cotidiana, en boca de personajes legendarios y divinidades, con un estilo y lenguaje elevado y solemne.
En la tragedia se ponían en escena hasta tres actores (un protagonista y otros dos, siempre ciudadanos varones, incluso para representar papeles femeninos) que solían vestir largas túnicas e iban descalzos o, en ocasiones, llevaban zapatos de tacón alto (los "coturnos". Completa el grupo un coro que comenta, explica e interpreta la situación dramática (entre 12 y 15 personas que se sirven de la música de flauta para sus recitaciones, participando moderadamente de la acción). Quienes representaban en escena utilizaban también máscaras para dar imagen y voz a sus papeles.
Las obras dramáticas tenía la siguiente estructura:
1º. El prólogo, que precede a la entrada del coro y suele ser una breve explicación del argumento o introducción de la obra.
2º. El "parodos", la entrada del coro.
3º. Los "episodios", las escenas que desarrollan los actores junto alcoro.
4º. Los "stasima", cantos últimos del coro dirigiéndose al público. 5º. El "exodos" o escena final.
Las representaciones teatrales se realizaban en un recinto semicircular al aire libre bajo cuyas gradas se situaba la "orchestra", un espacio de circunferencia en el que se situaba el coro y que separaba a los espectadores del proscenio y de la "escena" o telón de fondo del recinto teatral (en los construidos en piedra, semejaba la fachada de un templo o palacio). No había decoración alguna pero sesolían usar mecanismos sobre el escenario, "maquinaria" elevada para ciertos "efectos especiales". Los espectadores pagaban una mínima entrada (óbolo) para asistir a las representaciones que se desarrollaban durante todo un día.
Los tres autores más representativos de la tragedia griega, los tres clásicos por excelencia son Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Esquilo
El más antiguo de la tríada de autores fue un combatiente de las batallas de Salamina y Platea, y un ciudadano ejemplar. De su vida apenas si se tienen noticias, siendo la más anecdótica, lamentablemente, la de su muerte: cuéntase que un águila que portaba una tortuga, dejó caer a esta sobre su cabeza confundiéndola con una piedra.
Esquilo obtuvo muchos premios en los certámenes y es literariamente valorado porque introdujo al segundo actor en escena, gustó de la escenografía espectacular, las obras tremendistas y tenebrosas, e impulsó la relevancia del coro. El tema esencial de sus obras, dotadas de un profundo sentido religioso, muchas veces en forma de "sermón", es la lucha del hombre contra el destino, la humillación humana ante el orden del universo (Zeus, los dioses, imponen su voluntad y justicia sobre los orgullosos y vanidosos mortales, lenta e implacablemente).
Escribió unas 80 tragedias, de las que apenas quedan siete. De
ellas destacamos:
- Los Persas: que cuenta la expedición del jactancioso Jerjes en el 480 a.C. y sus derrotas ante los valerosos griegos.
- La "trilogía" de la Orestíada , sobre los trágicos acontecimientos de uno de los "nostoi" posteriores a la Guerra de Troya: el drama del regreso del rey Agamenón, su muerte a manos de su esposa Clitemnestra y la venganza de su hijo Orestes sobre su madre y sobre el regente Egisto.
Sófocles
Nuestro segundo autor es conocido como un hombre apuesto, atlético, afortunado y vividor; conocedor de la danza y la música, que tuvo una breve carrera política y militar (como "strategos") durante la floreciente época de Pericles. Un hombre de teatro sobre todo: creador de textos, música, incluso actor.
Escritor brillante y prolífico (autor de más de 120 tragedias de las que sólo nos quedan siete), destacó por ser el introductor del tercer actor y por dar a sus obras la predominancia del hombre sobre la idea, mejorando el argumento, el diálogo y la relación entre los personajes, así como dotando a los argumentos de sus primeras "escenografías". Como alguien le definió: "uno que veía la vida concalma y la veía toda".
De Sófocles nos han quedado algunos argumentos de intensidad dramática inmensa como los desarrollados a través de sus protagonistas universales, hombres y mujeres dignos, también víctimas de undolor intenso que se sufre con resignación y sólo se libera con la muerte. Personajes prototipo del infortunio ante la fatalidad que marca sus vidas.
Destacan tres obras que nos relatan el "ciclo de Edipo":
- Edipo rey: el rey de Tebas alejado hasta Corinto, que regresó a
su ciudad, resolvió el enigma de la Esfinge, y sufrió el oráculo divinomatando, sin saberlo, a su padre Layo y desposándose con su
madre Yocasta. Conocida la verdad, Yocasta se ahorcará y Edipo
se cegará con los broches de la mujer y quedará como un mendigo.
- Edipo en Colono: el antiguo rey, ya ciego, retirado y ayudado por su fiel hija Antígona.
- Antígona: gobernando el sucesor de Edipo, el rey Creonte, Antígona sepulta con dignidad el cuerpo de su hermano Polinices, desobedeciendo las órdenes reales. Antígona es detenida y emparedada
viva en una cueva. Su hermana Ismene le presta todo su apoyo, y
también su prometido, Hemón, hijo de Creonte. La catástrofe final
acaba con el ahorcamiento de Antígona, poco antes de que llegue el perdón real, y el suicidio de Hemón y su madre.
Eurípides (480 - 406)
Dijo Aristóteles que "Sófocles pintaba a los hombres como debían ser y Eurípides como eran realmente". El más joven de nuestros
trágicos nació en el año de la batalla de Salamina y pasó por ser
un filósofo, pensador y lector voraz, misántropo y taciturno, alejado de la acción pública en plena crisis de la grandeza ateniense.
Procesado por impiedad e inmoralidad, acabó sus días en Pella, capital de Macedonia, despedazado por unos perros.
Tuvo un agudo sentido psicológico en sus obras, dotando de espe-cial humanidad y veracidad de sentimientos a sus personajes y reflexionando sobre los auténticos problemas de conciencia de su tiem-
po. Concede nuevas versiones a las viejas historias, haciendo gala de modernidad y de racionalismo por su escepticismo ante la moraly religión tradicionales. Trata con especial atención los personajes de las mujeres y los esclavos, secundarios hasta entonces, dotándoles de un carácter cambiante y contradictorio. Gusta, sin embargo, de historias truculentas, violentas y de extrañas pasiones.
De sus obras destacamos:
- Medea: la joven hechicera, hija del guardián del Vellocino de
Oro que ayuda a Jasón en su empresa, se enamora de él, le desposa y luego se ve abandonada por el héroe y decide vengarse ma-
tando a sus propios hijos.
- Hipólito: el hijo de Teseo, pretendido por la nueva esposa de su padre.
- Andrómaca: la viuda del heroico troyano Héctor, se encuentra
tras la guerra en manos de Neoptólemo, hijo del “pélida” Aquiles, angustiada por sus hijos ante las pretensiones homicidas de Hermíone, la nueva esposa de su dueño.